jueves, 16 de mayo de 2013

Puto Científico Loco 3 Los fanzines



3
LOS FANZINES




     Cuando le pregunté a Pau (con la cara desencajada de risa y lágrimas), qué puñetas era eso, me respondió con ojos de inocente que antes de que ese examen circulara por todo el instituto, sólo su familia sabía que estaba algo chalado.
     Contrariamente a lo que se podría pensar, y debido a la simpatía que despertaba en todos los que le conocían, un profesor les pidió permiso a él y a la profesora de historia que les había puesto el examen para publicarlo en el Mauricómic, la revista de los estudiantes del instituto. Ya hacía mucho que Pau sabía que lo que quería realmente era dibujar y hacer reír a la gente. Y quedaba demostrado que esto último se le daba igual de bien que lo otro.
      Así que al acabar los duros años de BUP y COU, se matriculó en Ilustración con su amigo Xemi, otro loco genial y extravagante que ya conocía del instituto y el Mauricómic. Este fue el germen de una gran amistad y de Vaigfort, su siguiente salto a la fama tras el desternillante examen. Pero aún faltaban muchos años para eso...y profesionalizó su talento innato para el dibujo con la intención de conseguir ganarse la vida con sus historias en forma de cómic.
     Como buen bohemio, le cogió gusto también a practicar senderismo. Cuando no dibujaba, él y sus amigos se dirigían a la sierra de Tramuntana a caminar, pensar, dibujar y soñar.        
    Pau y dos de sus amigos, Dani Martín, actualmente animador en los estudios Disney, en California, y Xabi Uriz, quien finalmente se licenció en Filosofía, y trabaja con éxito como guionista y dramaturgo, empezaron a trabajar haciendo fanzines. Para quien no sepa exactamente qué es, viene de “magazine”, pero hecho por “fans”, aficionados al cómic que esperan dedicarse a ello en un futuro. Los fanzines se elaboran a partir de fotocopias, de calidad variable según las posiblilidades y contactos de los dibujantes. En el proceso se aprenden todas las facetas del proceso, dibujar, maquetar, imprimir, distribuir, promocionar, vender... y gratis.
     Pau creó el personaje de Puto Científico Loco para el fanzine  Escápula cómics, que hizo con sus dos amigos, cuando al acabar de estudiar y ver por delante el negro panorama laboral quiso profesionalizarse en lo de los cómics. Se llamaba Escápula Cómics, y en cada número el título era un tema sobre el que los tres dibujaban. El primero se tituló La Torre Siniestra, inspirado por una misteriosa capilla neogótica que les impresionó al aparecer de la nada tras una curva en una carreterilla secundaria, terciaria, o incluso cuaternaria. La de la autoestopista fantasma.  Más adelante hablaré sobre ella. Pau imaginó para su historieta un siniestro morador de aquella torre, un científico loco que llevaba a cabo tenebrosos experimentos, aunque al final siempre había humor, o no sería Pau. El personaje tenía su gracia, y volvió a aparecer en otras historietas, no solo de Pau, sino también de algunos de sus amigos dibujantes. El segundo número del fanzine estaba dedicado a Los Viajes Temporales. La introducción que escribieron era muy consecuente, y dejaba ver cuántas esperanzas, esfuerzo e ilusión estaban poniendo en aquellas páginas para poder conseguir sus sueños y no quedarse estancados en un mundo de trabajos basura, sueldos de miseria y poca libertad.  
     Esta es la transcripción literal de lo que escribieron Pau, Dani y Xabi sobre los comienzos de Escápula:
     Todo empezó en el año 2016. Un gasolinero, un albañil y un vendedor de Kleenex decidieron cambiar su situación laboral. Dani Martín, Pau y Xabi Uriz se sentían frustrados por no haber desarrollado sus vocaciones de autores de cómics. Habían oído decir que alterando el pasado se puede cambiar el presente, y se les ocurrió contactar con un tal Puto Científico Loco, que vivía en la Torre Siniestra, y que había inventado una máquina capaz de enviar objetos a través del tiempo. Fue entonces cuando decidieron crear el grupo Cigomática, dedicado a comer huevos fritos e inventar y dibujar cómics.
     Empezaron a publicar sus obras en fanzines fotocopiados y a enviarlos al pasado. La distribución, claro, dejaba mucho que desear, pero aún así consiguieron hacer llegar ejemplares de sus fanzines a varias ciudades de España, Francia, Bélgica, Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos, Brasil, Argentina, Rusia, Ucrania y Kazajstán. Agrupaban sus historietas en la colección Escápula Cómics. Decidían un tema que daba título al número y los tres dibujaban historietas sobre ese tema, que sucedían en la misteriosa isla de Escápula. Llegaron a enviar cinco, el primero de ellos a 1995. [...]
     ¿Por qué el nombre de Escápula? Pau decía que le gustaba porque le sonaba a “escapa” y a “cópula”. Pero además, los tres amigos estudiaban anatomía, no en plan médico, solo lo necesario para dibujar bien personas y animales en movimiento, pero le cogieron el gusto a los nombres de huesos. Aunque el auténtico y ridículo motivo del nombre es que solían ir juntos de excursión por la montaña, y allí normalmente encontraban huesos esparcidos de animales muertos. Se divertían intentando encontrar los dos huesos correspondientes a una misma articulación, deducir qué hueso era cada uno, teniendo en cuenta las diferencias entre los huesos de cuadrúpedos y humanos, adivinar a qué animal pertenecían... lo más normal del mundo, vamos. Una vez, al ver la forma plana de una escápula -también conocida como omóplato, o más comúnmente “paletilla” de oveja, a Pau se le ocurrió que sería perfecta para hacerse las acreditaciones como autores de historietas en el salón del cómic de Barcelona, al que tenían previsto acudir en busca de trabajo. Ingenuamente.
Solo les costó un par de excursiones más reunir tres escápulas, y ni cortos ni perezosos se presentaron ese año en Barcelona a mostrar sus trabajos a los editores... ¡con las escápulas de oveja colgadas al cuello de unas cuerdas, y un logotipo pintado en ellas que decía “Escápula Cómics”!
¿He mencionado ya alguna vez lo de la vergüenza ajena?

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